Mi experiencia en el curso de investigación científica 2.0.1

Cuando me matriculé en el curso Investigación científica 2.0.1: procesos clave en una sociedad digital ya tenía algo de interés en como divulgar ciencia. Sigo a algunos investigadores que se han involucrado de forma activa en la divulgación y creo que es una parte importante del trabajo científico. En la situación actual de crisis, donde los recortes en ciencia son cada vez mayores, es necesario buscar otras fuentes de financiación y eso no se consigue si la sociedad no percibe una utilidad real de la ciencia. Y para lograrlo, además de la transferencia, la divulgación tiene un papel fundamental.

El problema principal de la divulgación es que se trata de una actividad que no se tiene en cuenta de manera formalmente en procesos de evaluación curricular. Pero aunque no tenga un impacto directo, creo que a lo que contribuye es a la construcción de tu propia identidad 2.0 como investigador. Y si mejora la visibilidad de alguna forma se consigue que los trabajos científicos (artículos principalmente) aparezcan mejor indexados. Y esto, combinado con la posibilidad de publicación en abierto, contribuye a aumentar el número de citas, que sí que tiene un impacto directo en el currículum.

En mi caso, la parte técnica la tenía asumida. Tanto por mi formación como por mis intereses: soy un usuario activo de los medios sociales e incluso he impartido alguna asignatura relacionada con ellos, así que en ese aspecto partía con ventaja. Aún así, he descubierto sitios y herramientas interesantes que estoy empezando a incorporar a mis recursos.

El curso me ha servido para concienciarme de la importancia de la divulgación. Creo que es importante introducirla como una tarea más en los proyectos. Normalmente se añaden tareas de transferencia, pero no hay actividades de divulgación claras, con indicadores bien planteados.

Si tuviera que resumir los puntos principales del curso me quedaría con

  1. Hoy en día todos tenemos una identidad digital que nos complementa y que es necesario cuidar. Como investigadores, podemos beneficiarnos de estas circunstancias.
  2. Los medios sociales son una herramienta fundamental para la divulgación de nuestro trabajo como investigadores.
  3. La opción de publicación en abierto es fundamental para que otros puedan utilizar nuestros resultados, especialmente cuando el trabajo se ha realizado con fondos públicos.
  4. Si bien no hay que obsesionarse con los distintos índices de impacto y rankings, son una medida para poder comprobar nuestra evaluación y la de nuestra institución para determinar si se están realizando los esfuerzos en la dirección adecuada.
  5. Como investigadores tenemos una responsabilidad con la sociedad a la que tenemos que hacer llegar nuestros resultados de forma veraz y adecuada al nivel de los distintos actores que la forman.

Mi compromiso a partir de ahora es esforzarme por incorporar la divulgación como una tarea más. De momento, he creado un blog para un pequeño proyecto en el que soy investigador principal sobre los procesos de consenso en redes Consensus in networks donde daré a conocer los resultados que vayamos obteniendo este último año. Además, incorporaré un apartado en mi blog Cuadernos de investigación donde al menos una vez al mes añadiré una anotación con un enfoque divulgativo.

También creo que es importante seguir formándome en este aspecto, así que en cuanto termine el curso me gustaría realizar algún curso sobre periodismo científico. Buscando he visto un par de master interesantes: Periodismo científico y comunicación científica en la Univ. Carlos IIIy el Máster en Periodismo y Comunicación en la UNED. No voy a meterme a tanto, solo quiero aprender a escribir un poco mejor. Pero os lo dejo por si a alguien le interesa.

El curso en sí me ha parecido muy interesante. Ha cumplido con mis expectativas en cuanto a los contenidos. Lo recomiendo a investigadores, también en formación, que les interese el tema. He podido seguirlo dedicándole unas 2 horas a la semana. Si no tienes experiencia con las redes sociales, blogs y demás herramientas, seguramente se acercará más a las 4 horas estimadas.

No es el primer MOOC en el que participo. Todavía no estoy completamente convencido de las bondades de este formato. Los materiales en vídeo por sistema pueden ser más lentos que el material escrito en algunos casos. No me gusta la exigencia de tiempo para completar el curso, pero entiendo que es necesario si hay que compaginar la actividad con la de un grupo o si hay detrás un equipo responsable de validar la progresión de los alumnos. De todas maneras, la tecnología actual podría acomodar el ritmo de curso de forma completamente personalizada, sin necesidad de completar el curso en el mismo tiempo ni con una duración concreta. En mi caso, ha habido semanas con picos extra de trabajo que me han impedido seguir el curso. Afortunadamente daba tiempo de sobra a realizar las actividades, pero si la planificación hubiese sido más ajustada posiblemente habría abandonado el curso por quedarme descolgado.

En cuanto a la plataforma de Miriadax, el principal inconveniente es que el enfoque sigue siendo centrado en el profesor. El equipo docente sigue teniendo toda la carga en la generación y propuesta de materiales y queda poco margen a la contribución de los alumnos. La participación en grupos masivos se diluye por la dificultad de seguir las aportaciones de los usuarios. Los foros no son útiles y normalmente se organizan grupos fuera de la plataforma (son frecuentes los grupos en facebook). Algo que no entiendo es que el apartado de blogs no tenga un RSS para suscribirse.

Y sobre el propio curso, hay algunas cosas que se podrían mejorar. La más importante hace referencia a los procesos de evaluación por pares: creo que sería conveniente tener algún criterio para orientar en la corrección, como rúbricas o algún mecanismo similar. Por otro lado, se han aprovechado poco los sitios personales de los participantes (blogs, twitter…) De hecho, solo conozco los que he evaluado. Creo que has falta más tiempo para poder madurar las herramientas antes de usarlas para divulgación. Se notaba mucha diferencia entre los alumnos que ya teníamos un blog y cuentas en las distintas redes con respecto a los que las crearon para el curso. Finalmente, a veces las actividades no tenían que ver con el tema del módulo. Por ejemplo en el módulo 4 sobre el impacto de las publicaciones científicas la actividad consistía en la creación de un blog.

Como conclusión, teniendo en cuenta las limitaciones, me ha gustado la experiencia. Creo que es un curso útil, bien planteado, con unos contenidos amenos y pertinentes que en mi caso, me han motivado para dedicar más esfuerzo a la divulgación científica.


	

La ciencia española no necesita tijeras

Finalmente, en contra de las declaraciones de hace sólo un año, cuando no se iba a tocar los presupuestos de I+D, enlos presupuestos generales para el 2010 se propone un recorte en el gasto en I+D de unos 370 millones de €, más del 30% de los ingresos actuales por ese concepto.

La excusa de la crisis no vale. Se supone que es la innovación la que va a sacarnos de esta. Y son los jóvenes emprendedores los que tienen más oportunidades si se les echa una mano. La transferencia de tecnología desde la universidad o la creación de spin-off son posibilidades reales de cambiar el modelo productivo; de cambiar el ladrillo, el sol y la paella por empresas innovadoras y competitivas. No sirve con usar las ideas de otros, hay que fomentar el «conocimiento local». Y basta ya de complejos: los investigadores españoles somos tan buenos como los de fuera. La diferencia no está en la materia gris, sino en los presupuestos que maneja la ciencia.

Aunque no nos engañemos: también hay mucho mito en esto de la I+D. Y lo digo desde dentro. Los resultados de los proyectos no son tan buenos ni tan aplicables como debería; como se promete. Pero claro: si la forma de evaluar los currículum y de promocionar en la carrera como investigador se mide en artículos publicados en revistas del primer tercio, pues eso es lo que tienen: investigadores especializados en escribir artículos, no en aplicar ni en transferir ese conocimiento a la sociedad.
En el gráfico que publica En Silicio se puede ver la inversión en I+D en los países con los que nos pretendemos (y deberíamos) comparar: la inversión española es del 1% del P.I.B. No llegamos ni siquiera a la media europea (2% ), por no hablar de la de EE.UU. (por encima del 2,5%) o la de Suecia (más del 3%), el país con la mayor inversión.
Aparte de esta iniciativa de denuncia en los blogs promovida desde La aldea irreductible, las asociaciones científicas pertenecientes a la COSCE han elaborado un manifiesto defendiendo la financiación de la ciencia en España. Entre las asociaciones que ya se han adherido, se encuentra la AEPIA, de lo que me siento particularmente contento.
(pincha sobre el imagen para ver el vídeo)
Ya estamos viviendo el resultado de aplicar el Espacio Europeo de Educación Superior (a.k.a. Proceso de Bolonia) a coste cero y lo veremos más claramente en los próximos años. El tener un espacio único de educación no va a servir para que vengan aquí del resto de países europeos a formarse, sino para que los profesionales que hemos formado aquí se vayan a especializarse y a trabajar fuera, con lo que el retorno de la inversión que se ha hecho en educación es cero. Bueno, siempre nos quedarán los estudiantes erasmus que vienen a tostarse a nuestras playas… pero es que yo pensaba que queríamos que esto funcionase en serio.Conclusión: como ya dijo Naomi Klein (en su obra No Logo) y yo he repetido muchas veces: si pagas cacahuetes, contratas monos.