Hoy, 29 de noviembre, es el aniversario de dos tristes eventos: el fallecimiento de George Harrison (The Beatles) y el nacimiento de Microsoft.
Bueno, esto último es simplemente en clave de humor, una pequeña crítica no a la empresa en sí ni a sus productos, si no a su filosofía y a los ataques abiertos a la comunidad del software libre. Es justo reconocer el trabajo de Microsoft y su éxito en la «tecnificación» de la sociedad. Sólo en los últimos 5 años Linux ha conseguido introducirse en el mercado doméstico, pero siempre de la mano de los especialistas. Linux es un gran desconocido para el usuario no profesional.
¿De quién es la culpa? ¿de Microsoft? No necesariamente. Los grandes fabricantes han firmado acuerdos y distribuyen Windows en sus equipos. Pero ¿qué ocurre con los llamados «clónicos»? (uff, me estoy haciendo mayor, seguro que pocos los llamáis así) Los equipos sin marca también tienen Windows preinstalado, y eso sin ninguna presión por parte de Microsoft. Pocas empresas han decidido distribuir sus equipos con Linux (en estos momentos sólo recuerdo a U.P.I.), a pesar de que podrían reducir el precio de sus equipos.
Lo que podría ser una ventaja competitiva: equipos más baratos, con todos los programas que pudieras necesitar (no el sistema operativo pelado), se percibe como una amenaza y una disminución de las ventas. Hoy en día los usuarios podemos elegir ¿por qué no lo hacemos? Yo creo que la clave es la falta de información.