24symbols: libros en Internet

Hoy se lanza la versión beta de 24symbols. Se trata de una plataforma para leer libros electrónicos a través de Internet. Una especie de Spotify de libros. Una idea magnífica, si las editoriales no se empeñan en cargárselo como están haciendo con los ebooks.

Con 24symbols podrás leer todos los libros que estén disponibles en la plataforma (espero que sean muchos y en español), gratis a cambio de publicidad o suscribiéndote para leer sin publicidad y poder acceder sin necesidad de estar conectado a Internet. Las cuotas son 9,99€ por un mes, 19,99€ por tres meses y 59,99€ por un año. Vamos, que como funcione y la oferta sea buena cambio ya mi suscripción al Círculo de Lectores por esta.

Por el momento funciona bajo invitación. Basta con pinchar sobre «Me gusta» en el grupo de facebook de 24symbols y buscando un poco (sería demasiado fácil si te lo digo y así jugueteas un rato) tienes disponible la clave supersecreta de la muerte para activar tu cuenta. Simplemente pincha en el botón «Iniciar Sesión» (arriba a la derecha), pincha en el botón azul para conectarte a través de facebook e introduce la clave.

Yo ya estaba suscrito desde hace unas semanas y no he tenido problemas. Si no hay invitaciones disponibles, tendrás que esperar hasta el 30 de junio, cuando abran la versión definitiva, con el soporte para dispositivos móviles y el modelo premium (o sea, pagando)

Mi primera impresión es buena: un interfaz limpio, centrado en lo que tiene que ser (leer). No tiene complicaciones: dos modos de trabajo: una para mantener tu biblioteca y otra de lectura.

En la parte de biblioteca, puedes acceder a las últimas novedades, recomendaciones, la biblioteca de tus amigos (contactos de facebook que también están en 24symbols) y una lista con tus favoritos. Puedes organizarte tus libros en carpetas. No permite meter unas dentro de otras ni tampoco etiquetas, con lo que si tienes una única clasificación de primer nivel que puede ser insuficiente si tienes muchos libros. Inicialmente parece que tienen pocos libros. Para ver más hay que buscar. Tienes un cuadro en la parte superior en la que puedes introducir autores, categorías, palabras clave…. y com mayor o menor acierto tienes una lista de libros. Como sugerencia, creo que para mejorar esto necesitarían un documentalista en su equipo.

La parte de lectura es también simple: leer, cambiar el tamaño de la letra, acceder al índice (si hay), hacer anotaciones y poner marcadores de páginas. Vamos, prácticamente lo que haces en los de papel (a mi hasta me sobran las anotaciones, a no ser que sean libros técnicos). Teniendo en cuenta que a mi no me gusta leer en la pantalla del ordenador (estoy incómodo siempre en la misma postura).

¿Tendrá éxito? Me temo que eso dependerá exclusivamente de su catálogo; de si consiguen que las editoriales participen en este modelo o no. Y seamos sinceros: lo tienen difícil. Las editoriales prefieren llorarle al gobierno para que mantengan un negocio caduco basado en las copias físicas en lugar de modelos actuales de pago por contenidos; por bits, no por átomos.

    Compartir presentaciones de Keynote en Internet

    He estado probando la posibilidad de compartir una presentación hecha con Keynote en Internet y la experiencia es lamentable. Algo que es sencillísimo, rápido y está bien resuelto desde hace años es poco menos que una tortura en el Mac. En esta ocasión Apple tiene que hacer los deberes si de verdad quiere un servicio usable.

    El primer problema es que el proceso de creación es eterno. Vale, reconozco que he elegido una presentación larga (94 transparencias), pero ha estado más de media hora para generarla y subirla. Además, en mi caso el archivo a crecido de forma descomunal: de las 140Mb que ocupa el original ha pasado a ¡250 Mb! Excesivo, sobre todo si tenemos en cuenta que la versión en PDF ocupa 38Mb.

    Para publicar una presentación desde Keynote, basta con ir al menú «Compartir» y seleccionar la opción «Compartir mediante iWork.com»

    A continuación te preguntará cómo quieres compartirla. Selecciona «Publicar en Internet» y da un nombre para la presentación
    Aquí empieza el proceso de media hora de espera :-(. Cuando acaba, te pregunta si quieres el enlace para  compartirlo o que te genere un código para empotrarlo en una web (por ejemplo, un blog). Atento: si se te olvida hacerlo no tienes otra oportunidad ni hay forma que Apple te vuelva a dar el código. Tienes que volver a generar la presentación y estar muy atento al paso final. Para recuperar el enlace o el código, tienes que pulsar el botón correspondiente y se queda en el portapapeles/clipboard. Si quieres obtener los dos, copias uno, lo pegas, copias el otro y lo pegas. Todo antes de cerrar la ventana.

    Aquí os dejo el resultado.

    Mi experiencia: aunque el aspecto final de la presentación es bueno, me parece una herramienta pésima. No creo que la use muchas veces. Servicios como Slideshare le dan mil vueltas.

    Sólo una cosa más: viendo el código que genera iWork y el enlace público que facilita, parece que a partir del enlace de un recurso, que tiene esta pinta: http://public.iwork.com/document/es/?d=Uso_educativo_de_las_redes_sociales.key&a=p195755206, basta con cambiar «document» por «embed» y sustituir la URL en el código siguiente:

    <iframe frameborder=»0″ src=»http://public.iwork.com/embed/?d=Uso_educativo_de_las_redes_sociales.key&a=p195755206&h=768&w=1024&sw=398″ style=»height: 335px; width: 400px;»></iframe>

    Los parámetros width y height son las dimensiones finales de la presentación. Modifícalas para que se ajusten al tamaño que quieras.

    El día que cayó Spotify

    O lo que es lo mismo, el día que Spotify calló. Y es que eso es todo lo que obtengo cuando intento abrir Spotify: un respetuoso silencio, como dirían aquellos.
    Ni un comentario en su blog ni ninguna muestra de cuándo va a terminar. Y por fin se destapa el problema generalizado de las aplicaciones en línea ¿qué ocurre cuando falla la conexión a internet o, como en este caso, directamente falla el servidor?
    Un sentimiento de impotencia, rabia, frustación o un poco de cada. Y sobre todo el de una obligación (la de ellos) que no se ha cumplido. Porque aunque dispongamos de una cuenta gratuita, como es mi caso, he dejado en sus manos la confianza de mis más preciados recursos: mi música, mis fotos (Flickr), mis amigos (Twitter o Facebook), mis documentos (Google Docs), mis comunicaciones (Gmail). Y es un proceso que no tiene vuelta atrás. Nos puede gustar más o menos, pero es la tendencia: todo lo que somos está (o estará) en la red.

    Una pregunta ¿qué ocurre con la gente que está suscrita al servicio y no puede disfrutar hoy de él? ¿hay algún tipo de compensación?

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