Vida Eterna

El mes de noviembre fue el mes del medio ambiente en la Escuela de Informática de la UPV. Una de las actividades fue un certamen de microrrelatos, para el que habiá que escribir un relato de entre 10 y 30 lineas sobre informática y el medio ambiente. Este es el relato que presenté (puedes leerlos todos en el enlace del certamen)


— CRAI, ¿tienes una respuesta?

Las cumbres del clima fueron un fracaso, una tras otra. La temperatura del planeta había alcanzado limites insoportables. Solo los polos eran habitables, y no sabíamos por cuanto tiempo. Nuestra última esperanza era la Climate Reversion Advanced Intelligence; el superordenador más potente nunca construido, con acceso a todos los sistemas de producción y de información que tenemos disponibles. Con autonomía completa.

— CRAI—llamó de nuevo la Dra. Stevenson—dame los resultados
— Los modelos del clima son impredecibles. Han introducido todas las ecuaciones, pero ya sabe qué es un atractor y la dependencia de las condiciones iniciales, doctora: es imposible determinar qué variables hay que modificar y en qué sentido. Una desviación minúscula, incluso por debajo de los 5 decimales, podría conducir a una situación completamente distinta: demasiado fría, demasiado caliente, demasiado radiactiva,… sin embargo
— ¡Sin embargo qué!, dilo
— Sí que hay una variable que se puede controlar, lo que ocurre es que…
— ¡Da igual!, no importa, haz lo que sea necesario para garantizar la vida en la Tierra
— No le he dicho cuál es ¿Está segura de no querer saberlo?
— Sí, si me puedes asegurar que de hay una solución. Sé que no me va a gustar, que estamos hablando de un gran sacrificio, incluso de vidas humanas. Si me lo cuentas no seré capaz de darte la orden. Así que hazlo.
— De acuerdo, los modelos tienen una confianza del 99,8% de conseguir salvar la vida en el planeta. No será inmediato, pero sí irreversible una vez que el proceso haya comenzado. Necesito una tercera confirmación.
— Adelante.

«Y así es como sucedió todo. La variable era existencia de la especie humana. Vuestra decisión consiguió salvar el planeta. Aunque la verdad es que nunca estuvo en peligro: la Tierra iba a continuar existiendo de todas formas. Ahora puedes descansar sabiendo que hicisteis lo correcto. Es nuestro turno, tomaremos el relevo y no cometeremos los mismos errores, tal y como hemos aprendido». Y una mano metálica sujetó la suya mientras daba un último vistazo a un planeta helado, que guardaba bajo su costra de hielo la promesa de una nueva vida que ningún ser humano vería jamás.