Parece una paradoja, pero es que Tim Berners-Lee, considerado el padre de la WWW, todavía no tenía uno. Pero a partir de ahora hay otra lectura obligada en la red: timbl’s blog.
Quizá sea esta la prueba de que la Web 2.0 no tiene nada que ver con su antecesora, e incluso los profesionales corren (corremos) el riesgo de descolgarnos si no estamos atentos al cambio permanente en el que se encuentra Internet. Parece que ya es común el grito que se oía en el patio de mi colegio y que hoy no se puede repetir por sus claras connotaciones homófobas:
¡m_ _ _ _ _ _ el último!
(vía Microsiervos)