Llueve fuego

“Cae fuego en lugar de maná” rezaba la estrofa de una canción del siglo XX que se me vino a la cabeza. No sé muy bien qué era eso del maná, una especie de alimento sagrado que enviaban los dioses a su pueblo o algo así. Pero el fuego… eso lo sé muy bien.

El proceso de terraformación no tuvo en cuenta la concentración en metano tan alta que iba a tener la atmósfera, al menos en los primeras décadas. En principio no tendría que haber pasado nada, si no hubiera sido por el cometa.

Pasó demasiado cerca, desde una órbita en la que no estábamos mirando. Los fragmentos de su cola se incendiaron al entrar en la incipiente atmósfera y prendieron en las gotas de lluvia como si fueran de gasolina. Las cubiertas de plástico de los invernaderos no lo soportaron y ahora tenemos que tratar de sobrevivir con los jardines verticales: habrá que sacrificar algunas de las plantas que nos proporcionan oxígeno y plantar especies comestibles ¿cuánto podremos sobrevivir hasta que reparemos los invernaderos y tengamos una primera cosecha? ¿Cuánto podremos sobrevivir antes de empezar a comernos los unos a los otros?