Campaña con Z de ZGAE

Es el primer paso de una campaña contra la decisión de todos los grupos parlamentarios a seguir apoyando el canon. El impacto de esta campaña está siendo considerable: en apenas una semana ha conseguido más de 150.000 páginas que lo apoyan (mira los resultados que encuentra Google).

Yo lo he comentado muchas veces: los autores e intérpretes tienen derecho a que su trabajo sea reconocido y a que se les remunere adecuadamente. Y para que sea adecuadamente deben cumplirse algunos requisitos que para mi son importantes:

  1. que se cobre mediante un impuesto sobre los soportes originales, no sobre los soportes vírgenes o los sistemas de grabación; de esta forma
    1. se evitaría la dobre imposición que se da hoy: pago por descargarme una canción de iTunes (por ejemplo), por el CD en el que la grabo y por la grabadora de CD;
    2. permitiría repartir los ingresos entre quienes realmente venden los discos, y no a quienes se estima que los han vendido (el 5% de los artistas)
    3. se eliminarían además las contradicciones al pagar el canon en soportes que no se usan habitualmente para reproducir música (memorias USB o teléfonos móviles, por ejemplo)
  2. que sea el estado quien lo recaude, y no una sociedad (¿zoociedad?) privada;
  3. eliminar los sistemas anticopia de los sosportes originales para poder ejercer el derecho a la copia privada;
  4. una duración razonable de los derechos de autor: en España, las obras de la Generación del 98 (por ejemplo, los poemas de Antonio Machado) todavía están protegidas ¿el canon y los derechos de autor protegen la cultura? Permítanme que lo dude.

Yo también soy autor: publico artículos científicos, escribo material para mis asignaturas, elaboro material gráfico y estoy empezando con el vídeo digital. Y me gusta decidir sobre el modo de «proteger» mis obras (particularmente prefiero las licencias de tipo creative commons).

Si quieres unirte a la campaña, copia el banner de arriba y ponlo en tu blog, página web o donde quieras y escribr el texto «Con Z de ZGAE». Tarde o temprano Google lo encontrará y lo añadirá a la lista.

(vía El País y más de 150.000 sitios más ;-)

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Demasiadas, tristemente.

Wikinomics

Don Tapscott y Antony D. Williams: Wikinomics. La nueva economía de las multitudes inteligentes.- Barcelona: Ed. Paidos, 2007. ISBN:978-84-493-2014-9.
Web: Wikinomics

Un libro interesante sobre como las comunidades y las redes sociales pueden hacer cambiar la forma de entender la economía. Se basa en la idea de que se puede emplear todo el potencial de las grandes comunidades de usuarios gigantescas que se pueden crear a través de Internet para mejorar la innovación y el éxito en las empresas. Incluso llega a argumentar que sólo las empresas que sepan adaptarse a esta nueva realidad sobrevivirán. Esto último es algo exagerado, pero sí que tiene razón al adelantar que sólo las empresas que sepan ajustarse al nuevo escenario que proporciona la deslocalización y el uso de las nuevas tecnologías tendrán éxito. Y las ideas que hay detrás de este libro proporcionan un modelo válido y muy eficiente para entrar en el nuevo milenio. No es el único, pero posiblemente sea uno de los más innovadores, flexibles y prometedores.

Para comenzar y justificar toda la exposición que viene después, muestra el caso de Goldcorp Inc.: una empresa dedicada a la explotación de minas de oro que estuvo a punto de quebrar a finales de los 90 y acabó multiplicando por 90 su valor (de 100 a 9.000 millones de dólares) ¿La fórmula? abrir uno de sus activos más preciosos: sus datos de prospección e información geológica a disposición de todo el mundo. Asumió que las mentes más capacitadas posiblemente estuvieran fuera de su empresa y pensó en una forma de aprovechar el potencial del ingenio colectivo. Y las aportaciones se realizaron a través de un concurso con un premio de 75.000 dólares.

No es un caso aislado. Si recientemente habéis leído/odio/visto noticias de Android, la nueva plataforma móvil de Google, veréis que se trata del mismo enfoque: abro mi producto para que los usuarios puedan exprimirlo y proponerme nuevos usos o herramientas mucho mejores de la que mis ingenieros puedan programar. Y eso ue estamos hablando de Google, no de cualquiera. Frente a estos enfoques, los más tradicionales como los de Microsoft o Apple: blindando sus productos e impidiendo cualquier uso «no autorizado».

En el libro se defiende el uso corporativo de blogs, wikis, chats, comunicación peer-to-peer (P2P). Tecnologías que la mayoría piensa que sólo sirven para jugar, pero que realmente lo que hacen es proporcionar una flexibilidad y unos niveles de colaboración impensables usando las TIC 1.0 (por llamarlas de alguna forma).

Algunas de las partes que más me han gustado son las que hablan de

  • la producción entre iguales, con el ejemplo de la Wikipedia o del software libre, demostrando cómo miles de voluntarios dispersos pueden crear productos de calidad comparables con de los de las mejores empresas;
  • los prosumidores y de sus derechos a rediseñar y modificar los productos que adquieren, reconocidos (y utilizados) por algunas empresas y perseguidos por otras (como ocurre hoy con Apple y sus iPhone).
  • las aplicaciones en el campo de la ciencia, tanto enla investigación como en la explotación de los resultados. En esto último no estoy muy de acuerdo, Hay ejemplos de empresas farmeceúticas que no me parecen éticos y no me gustaría que se funcionara de esa manera.
  • la planta de producción global, donde explica cómo las empresas abren sus infraestructuras tecnológicas y se centran en lo que cada uno sabe hacer mejor. Un sistema de fabricación completamente autónomo, flexible y adaptativo: holónico diría yo. Con ejemplos como el de BMW y la creciente industria china. Aunue reconozco que lo que más me gustó de esta parte fue la idea de los fab lab: laboratorios de fabricación modulares, de bajo coste, reconfigurables, basados en software libre, que te permiten crear tu propio laboratorio en tu casa para proyectos relativamente pequeños.

En resumen, un libro muy recomendable, sobre todo para mis alumnos de la Fac. de Admón. y Dirección de Empresas. Pero también para cualquiera que desea saber algo más sobre un enfoque realmente innovador para afrontar las exigencias de una sociedad cada vez más global, cada vez más local… cada vez más glocal.

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Nexus

Mark Buchanan: Nexus. Small Worlds and the Groundbreaking Theory of Networks.- Nueva York. W.W. Norton & Company, 2002. ISBN: 0-393-32442-7.

Un libro interesante como libro divulgativo si deseas conocer fenómenos en los que se encuentran las estructuras y los efectos de los small worlds, pero poco interesante si lo que buscas es conocer co nalgo de profundidad los modelos y las teorías que hay detrás de cada uno de los ejemplos que aparecen en el libro.

Yo me esperaba más de un libro de alguien que ha sido editor de Nature y New Scientist y me ha defraudado un poco. No digo que sea malo, simplemente me esperaba otra cosa de él. Se queda demasiado por encima de los ejemplos y no llega a explicar porqué los modelos se comportan de ese modo. Claro, y yo que estoy devorando libros y artículos sobre este tema para comprender cómo funciona y tratar de aplicarlo a mis temas de investigación actuales, pues se me ha quedado pequeño.

En ese aspecto, los otros dos libros que he leído: Linked, de Albert-Laszlo Barabási, y Seis Grados de separación, de Duncan Watts, están mucho mejor. No en vano son dos de los padres de las teorías actuales sobre small worlds y es incluso divertido ver como cada uno nombra al otro en su libro: «pues yo le mandé un correo a Watts para que me permitiera usar sus datos…» dice Barabási. Y a la vez puedes leer en el libro de Watts «y con esos datos llegó a unas conclusiones que tuvimos nosotros 2 años debajo de nuestras narices y no supimos ver». No soy literal, pero esa es la idea. Y es algo que me resultó curioso al leer el segundo libro: las referencias cruzadas entre los dos autores en libros distintos y «como sin querer».

Sin embargo, no todo es negativo. Hay muchos ejemplos más en Nexus, algunos de ellos en los que nunca se me habría pasado por la cabeza pensar en small worlds o modelos de la larga cola. Uno que tengo que apuntar para que no se me olvide son los patrones descubiertos en el cursos de los ríos, que no dependen tanto de la orografía del terreno ni de las lluvias como de la ley de potencias. Este resultado puede resultarnos muy interesante para el ejemplo con el que tenemos que tratar en el proyecto Consolider con gente de la Universidad Rey Juan Carlos I y del IIIA del CSIC en Barcelona. Se trata de modelos de negociación sobre el uso eficiente del agua. Y si esta idea nos da modelos computacionales precisos del aporte de agua en los ríos, tenemos medio camino hecho y una posible portada del Nature… siempre que Mark Buchanan no lea este blog.

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