La verdadera revolución de Ada Lovelace

Hola Charles.

Ya he terminado de traducir el artículo de Luigi Menabrea. Te lo envio para que lo revises y lo publiques si lo consideras adecuado. Al final he añadido unos anexos, de la A a la G, con unos comentarios y ejemplos de lo que se puede hacer con tu máquina.

Sé que me vas a seguir insistiendo en que escriba el mio propio pero, la verdad, es algo que me supera, Charles, querido. Me gusta esto que acabo de hacer, pero prefiero seguir experimentando las posibilidades de tu máquina.

¿Te acuerdas del año en el que nací? Habia sido el año sin verano y papá convocó esa reunión donde escribieron todos esos relatos de monstruos. Siempre me ha llamado la atención el de tita Mary, el del monstruo ese que resucitan con electricidad. Le he estado dando vueltas. En el libro emplean la galvanización. Para usarla tienen que soltar toda la energía de golpe. Eso no sirve para tu máquina porque tienes que estar moviendo los engranajes todo el tiempo mientras se ejecutan las órdenes.

Aunque no sé si has oído hablar de Volta y su invento de la pila, creo que la llama. Con eso puede almacenar electricidad y soltarla poco a poco. ¿Y te acuerdas del experimento que nos enseñó Faraday, el del motor? No teneis más que conectar las dos cosas a tu máquina para que haga los calculos sola, sin ninguna persona que la manipule. ¿te imaginas?

De hecho, en el último apéndice, en el G, tienes las instrucciones para calcular los numeros de Bernouilli con tu máquina analitica, que ya sabes que me gusta mucho más que la diferencial. Si la acabas, me encantaria verla en funcionamiento. Estoy segura de que ese código es correcto, pero claro, no tengo forma de comprobarlo.

Y eso no está en los anexos, pero creo que es lo mejor de todo. Escribiendo el programa, me he dado cuenta de que los valores no tienen porque ser solo números. Pueden representar cualquier cosa. Pueden ser notas musicales y contener una canción, combinaciones de colores y formar un tapiz o un mosaico, o pueden ser letras y guardar esta misma carta.

Las posibilidades son casi infinitas, Charles. Tienes en tus manos uino de los inventos más revolucionarios, así que ¡acábala de una vez, Charles, querido!

Atentamente, una admiradora incondicional

Ada Lovelace


Nota: A Ada Lovelace se le conoce por ser la creadora del primer programa informático. Pero lo realmente revolucionario fue su visión de que los valores que usaba la computadora de Charles Babbage podia representar cualquier cosa, como lo hacen ahora nuestros bits.

Esta entrada forma parte de #Polivulgadores de Café Hypatia en su edición de julio de 2022, con el tema «revolución»

Para saber más

Sandra Adobes (2016). Arqueología informática: Ada Byron y el primer programa publicado de la historia. Trabajo Fin de Grado. Valencia: Univ Politécnica de Valencia. Disponible en http://hdl.handle.net/10251/71089